La Venda de Miki no obtuvo el número 1 de Eurovisión 2019 pero, otro año más, volvimos a disfrutar de un magnífico espectáculo audiovisual, este año, con sede en Tel Aviv (Israel).
Diferente a las ediciones anteriores, para este Festival de Eurovisión 2019 esta cita musical apostó por presentar una escenografía con el menor presupuesto de las que se pueden recordar. El director de producción técnica de Eurovisión, Ola Melzig, conjuntamente con los directores de la RTP optó por trabajar arduamente con empresas locales.
Es así como el escenario estuvo carente de pantallas de vídeo y fondos con LEDs, pero volvió a jugar un papel clave la iluminación, en la que fueron utilizadas catorce mesas que manejaban más de 152.000 parámetros de control y 300 universos DMX activos. De igual forma fueron dispuestos 24 Follow spots, siendo el número total de luminarias de 2.632, las cuales necesitaron 24 días de programación por parte de sus operadores y fueron utilizados 88 kilómetros de cableado.
Siguiendo con la tradición, este festival contó con la actuación de los efectos pirotécnicos, siendo empleados además de las llamaradas en movimiento, bengalas, máquinas de niela, nieve, viento, burbujas de humo…y más de 50 kilos de confeti.
Las comunicaciones en el festival
Como es de esperar, en un espectáculo que presenta estas dimensiones, la intercomunicación es un punto clave. En esta ocasión la organización del festival tuvo la confianza en las soluciones de Ridel, quien desplegará la matriz digital Artist y 175 paneles de Intercom que estuvieron conectados a una red de 20 kilómetros de fibra en una topología de anillo redundante.
Cada bastidor estuvo equipado con una fuente de alimentación redundante, así como una tarjeta de CPU igualmente redundante, estando la mayoría de los paneles de intercomunicación enrutados a través de MediorNet. Así para el establecimiento de la comunicación entre los diferentes departamentos, fue instalado un sistema de radio analógico basamentado en Tetra con medio millar de radios.
Dicho sistema fue principalmente empleado para la producción con configuración de canales semidúplex los cuales estaban interconectados con el sistema de intercomunicación y símplex. El sistema de radio Tetra igualmente fue usado para la comunicación con las unidades móviles, managers en backstage, siendo en total instalada una estación base y dos remotas a lo largo del recinto, lo que garantizó la cobertura en todo el espacio.
El sistema de distribución de señal MediorNet era un núcleo de enrutamiento principal (6 frames MetroN Frame) y diversas posiciones “satélite” dentro del recinto, estando conectada cada una de ellas a los marcos del núcleo y contando cada uno con un mínimo de dos tramas que podían trabajar separadas entre sí pudiendo aprovechar todo el ancho de la fibra, así como los bastidores estuvieron equipados con fuentes de alimentación redundantes.
Los periodistas que cubrieron el festival, cerca de 2.000, dispusieron de 750 puestos de trabajo, videowalls para la emisión de videos y salas reservadas para las entrevistas. También se contó con la intervención de dos unidades móviles con configuración exacta, una de las cuales sirvió la señal de emisión, mientras que la otra estuvo en todo momento lista para salir al aire en caso de fallo. Las mismas estaban conectadas a través de un anillo de fibra óptica garantizando la redundancia del 100%, mientras que desde otra unidad móvil se realizó la mezcla del audio.
Para llevar a cabo el festival se dispuso de una veintena de cámaras, incluyendo entre ellas una Spider Cam que se encontraba suspendida en el techo, dos cámaras robotizadas sobre travelling en los alrededores del escenario, una grúa con brazo de 22 metros, dos grúas telescópicas, dos Steadycams, varios drones en exteriores y un equipo técnico conformado por 60 profesionales, que permitió al Festival Eurovisión 2019 ser de nuevo uno de los espectáculos audiovisuales más esperados del año. ¡Hablemos!