Una buena película es la suma de varios factores que la hacen destacar y que van más allá de, obviamente un buen guión que cuente una buena historia. La fotografía, el ritmo, la transición de las imágenes, cómo se enfatiza en unas escenas antes que en otras son entre otros detalles que de no llevarse correctamente a cabo, pueden arruinar un trabajo de meses. Estos detalles se llevan a cabo cuando las cámaras se apagan y los actores vuelven a casa: es el trabajo de postproducción de video.
La importancia de un buen trabajo de postproducción de vídeo
¿En cuantas ocasiones leemos la sinopsis de una película, nos resulta atractiva y, aún así, tras visualizarla nos decepcionamos?, ¿En cuantas ocasiones nos hemos quejado de que una película, pese a su atractivo, nos resulta lenta y espesa? Caemos en el error de en estas ocasiones achacar la culpa de todo a un mal guión o a un mal trabajo de dirección, y no siempre es así, y para muestra el siguiente ejemplo:
Kenneth Lonergan es un reputado guionista que nos ha traído obras maestras como «Puedes Contar Conmigo» o «Gangs of New York» y que en 2005 abordó el proyecto de llevar a la gran pantalla «Margaret», la historia de una chica cuya vida cambia cuando presencia un accidente de autobús en el que ella se ve implicada.
Pese a que la película se acabó de rodar en 2006, varios litigios con las productoras implicadas produjo que la película se estancara en la fase de postproducción hasta principios de 2011, siendo el resultado totalmente del desagrado de su creador y salvándose únicamente de la quema por la excelente interpretación de sus actores. ¿El problema? Pese a contar con un buen guión y una buena interpretación, los años transcurridos entre el final del rodaje y su montaje final hizo que la cinta pasara de mano en mano sin que las productoras supieran como rematar el metraje, dando como resultado 150 minutos que resultan tediosos y en más de una ocasión carentes de ritmo: una postproducción que arruinó un trabajo sobresaliente.
Este es tan sólo un ejemplo de cómo ante una buena idea y un buen trabajo de realización, todo se puede echar a perder por un mal trabajo en lo que supone el remate de toda grabación: la postproducción.
Cómo la postproducción de vídeo puede ayudar al montaje final
Una película, sea de alto o bajo presupuesto, dificilmente se compone de una única toma o de pocas tomas. Desde el vídeo más amateur hasta la última superproducción de Hollywood la componen horas y horas de grabaciones, buscándose la toma perfecta que puede dar lugar a repeticiones hasta la saciedad. Hitchcock, todo un referente no sólo en la dirección sino también en cómo llevar a la perfección todo un montaje del séptimo arte con pocos medios, era famoso por llevar hasta la extenuación a todo su elenco de actores que tenían que repetir una y otra vez escenas hasta que quedaran impolutas a vista del genial director británico.
Tanto esfuerzo merecía la pena sin duda a tenor de los resultados vistos en películas brillantes como Psicosis, Vértigo o Rebeca pero, ¿Qué hubiese pasado si Hitchcock hubiese dispuesto de los mejores medios y el mejor equipo de postproducción? Quizás el propio carácter excéntrico del director no hubiese librado a sus actores fetiche de tanto estrés, pero sin duda el resultado hubiese quedado aún más para la historia, ya que la postproducción no sólo sirve para unir y dar sentido a todas las grabaciones, sino también para perfilar y retocar detalles que redondean la filmación, tales como el color, la luz, el sonido, los matices… haciendo que escenas que por sí solas igual no transmiten todo lo que pueden transmitir, en la fase de montaje se les saque el máximo provecho.
El remate a la suma de todos los factores
No hace falta un presupuesto millonario para que una buena idea se vea plasmada en un buen resultado cinematográfico, sino que con la calidad necesaria y los mejores medios en cada una de las partes que conforman una película, se pueden obtener resultados sobresalientes sin necesidad de pertenecer a la Meca del cine.
Un buen guión, un buen equipo de grabación, un buen elenco de actores y una buena edición de vídeo son los cuatro ingredientes que aseguran un resultado excepcional, pero concretamente gracias al último factor, la postproducción de video, podemos mejorar todo aquello que se nos haya podido quedar en el tintero durante la grabación o mejorarlo hasta darle una calidad excepcional. Un ejemplo más de que siempre nos debemos rodear de los mejores elementos y herramientas de trabajo así como del mejor equipo de profesionales que tengamos a nuestra disposición.